Cuando te instalaste en tu nuevo piso de La Rambla, realizaste una gran inversión en la adquisición de los electrodomésticos que necesitabas. Movido por la conciencia ambiental, decidiste decantarte por los de una gama de eficiencia energética más elevada, dado que sabías que, a la larga, ibas a recuperar tu inversión. Al principio, cuidabas todo muchísimo, ya que necesitabas que luciera como el primer día. Sin embargo, el paso del tiempo y los malos hábitos han hecho acto de presencia.

Aunque en Fincador, sabemos que esta situación es habitual, queremos recomendarte que no te dejes llevar y trates de ponerle freno. Fundamentalmente porque puede provocar que altere el buen funcionamiento de tus aparatos. Uno de los que más sufre con ello, es la lavadora y, por eso, vamos a darte unos consejos que te permiten alargar su vida útil.

Sabemos que conoces la importancia de realizar los lavados con la carga máxima y así rentabilizar el gasto energético y de agua. No obstante, no en pocas ocasiones, llegamos a sobrepasarnos y cargamos en exceso el tambor. Esta mala práctica va a provocar que los giros no sean los adecuados y se generen fricciones que deterioren las piezas interiores.

Antes de verter el detergente en el cajón, te aconsejamos que te informes de la cantidad que es necesaria según la dureza del agua que exista en tu ciudad. Esta viene condicionada por la cantidad de calcio y magnesio que contiene. En el caso de Barcelona, suele ser dura o semidura en función de la época del año. Por tanto, lee la etiqueta de tus productos y no sobrepases la cantidad que te recomiendan. Los agentes químicos que lo componen afectan a la salud del aparato.

Para evitar malos olores en el tambor y conservar la goma en perfectas condiciones, tras cada lavado, no olvides dejar la puerta de la lavadora abierta durante un par de horas. Esto permitirá que se seque la humedad que queda en su interior. Además, recuerda retirar el agua que quede estancada en la goma con la ayuda de una bayeta.